miércoles, 25 de marzo de 2009

Conferencia de prensa del Gobierno tras el ataque a Qala-i-Naw


Palacio de la Moncloa, Madrid. 1 de febrero. 15:00.

Los murmullos en la sala de prensa decrecían rápidamente cuando apareció el portavoz del gobierno. Un funcionario hizo una señal a los equipos de Televisión Española señalándose el reloj y levantando su dedo índice. La sala estaba iluminada y todas las miradas y las cámaras se dirigían al atril de madera con micrófonos. El fondo era azul y tenía las banderas española y de la Unión Europea. El gabinete de prensa había anunciado una comparecencia del presidente del gobierno Ignacio Olmo coincidiendo con la hora de inicio de los principales informativos. Otras cadenas interrumpieron sus programaciones y conectaron con sus enviados a la Moncloa.
El presidente hizo su aparición por la izquierda y sin mediar palabra se dirigió al atril, donde ordenó unos folios con anotaciones que había realizado esa mañana con el ministro de defensa. Su vestimenta era la ya invariable de los miembros masculinos del Ejecutivo: zapatos negros, traje azul oscuro con camisa blanca y una corbata que por la gravedad de la ocasión era negra. Su expresión era de severidad, aunque no llegaba a ofrecer la imagen de un hombre resuelto, sino más bien irritado. Se aclaró brevemente la voz y empezó.
- Buenas tardes. Como ya sabrán, el pasado día 29 nuestras tropas destinadas al Equipo de Reconstrucción Provincial de Qala-i-Naw fueron atacadas por elementos no identificados de la guerrilla talibán. Como resultado de ese ataque perdieron la vida cinco de nuestros militares y doce afganos, nueve de ellos niños. También hubo que lamentar diez heridos españoles y veintiún afganos. El ataque fue rápidamente repelido por las tropas acantonadas en Qala-i-Naw con el apoyo de tres helicópteros que acudieron rápidamente en su ayuda desde la Base de Apoyo Avanzado en Herat y que evacuaron a los heridos en cuanto la situación lo hizo posible.
Hizo una pausa de unos diez segundos para observar la primera reacción de los periodistas. Todo el mundo tenía un aire serio y expectante.
- La participación española en la ISAF no ha sido fácil en los últimos meses y el gobierno es consciente de las dificultades que encuentran nuestros soldados para cumplir su misión. También es consciente de que algunos partidos del arco parlamentario y algunos medios se han manifestado en contra de nuestra permanencia en la Operación Libertad Duradera –dijo levantando levemente las manos del atril. Sin embargo, creemos que la labor humanitaria que desarrollan en la provincia de Herat es vital para la población y que así lo entiende la inmensa mayoría de los españoles. Esta mañana he hablado con el enviado especial de la Unión Europea a Afganistán y con el secretario general de la OTAN y hemos estado de acuerdo en que España debe mantener su presencia en Afganistán.
Se produjo una avalancha de flashes y un murmullo generalizado en la sala. Algunas manos de periodistas se levantaron para preguntar, pero el presidente prosiguió.
- Hemos decidido reforzar el contingente en Afganistán con unos efectivos de entre 300 y 400 elementos. Esperamos con ello acelerar la labor de instrucción del ejército afgano y garantizar la seguridad de nuestros soldados y de su área de responsabilidad en el menor plazo posible. De todo ello se ha informado puntualmente al líder de la oposición, y por supuesto a S.M. el Rey Don Juan Carlos, y ambos se han mostrado de acuerdo en apoyar a nuestros soldados con todos los medios necesarios. No me queda más que transmitir mi más sentido pésame y el de todos los miembros del gobierno a las familias de los fallecidos, españoles y afganos, a la vez que desear a los heridos una pronta recuperación. Gracias a todos.
Durante mucho tiempo no se permitió a los periodistas hacer preguntas en las ruedas de prensa, menos aún cuando se producían bajas en las misiones exteriores. Sin embargo, la creciente presión de las asociaciones de prensa hizo que el jefe del gabinete de prensa se replantease esa política de comunicación y aconsejó al presidente que esta vez respondiese al menos a las preguntas de los periodistas a los que él diese pie. Se dio por terminada la alocución y mientras no cesaba la traca de flashes, más manos se levantaron entre el cuerpo de prensa. El jefe de prensa del gobierno hizo una señal a un periodista de la primera fila.
- Señor presidente. ¿Cuándo saldrán esos refuerzos y qué armamento adicional llevarán consigo?
- El traslado de las tropas será gradual, pero esperamos que los primeros lleguen antes de fin de mes. En cuanto al equipo está previsto aumentar el número de vehículos antiminas, pero no vemos necesario ningún cambio cualitativo.
Otra mano se levantó entre otras muchas y una reportera recibió la misma señal.
- ¿Es verdad que el ataque estaba coordinado con el interior del PRT y que la explosión de la escuela se debió a un atentado suicida?
- No hay ninguna evidencia que nos haga pensar que los atacantes contasen con ayuda del interior. En cuanto a la explosión, parece que fue provocada por una granada al caer sobre un grupo electrógeno, de ahí su potencia, pero no hubo ningún atentado suicida.
Otro reportero aprovechó una pausa y se puso directamente en pie.
- Señor presidente, ¿es verdad que tras el ataque a la columna este verano el jefe de la base en Herat solicitó el envío de armamento pesado y de helicópteros de combate y que éstos le fueron denegados?
- Hace unos cinco meses, como recordarán, el ministro de defensa y el jefe de estado mayor, el general Dávila, viajaron a Herat para entrevistarse con el coronel jefe de la agrupación y saber cuales eran sus necesidades. Los tres llegaron a la conclusión de que tras el envío de dos helicópteros adicionales para abastecer el PRT por aire disponían de los medios que consideraban necesarios. Les recuerdo que la intervención de esos helicópteros fue determinante para repeler el ataque y evacuar a los heridos, lo que nos indica que su envío no fue nada desacertado.
Un veterano periodista levantó la mano y esta vez fue el presidente quien le dio pie, animado por su propia habilidad.
- Tengo dos cuestiones. ¿No cree que enviar tan pocas tropas y con un equipo insuficiente nos convierte en el eslabón débil de la ISAF y por qué no se ha permitido a ningún medio de comunicación ajeno al gobierno ir a las bases de Herat o de Qala-i-Naw?
- Para empezar –dijo el presidente apoyando las manos en los lados del atril, no se ha creído oportuna la presencia de los medios de comunicación porque la situación no nos permite por el momento garantizar su seguridad. En cuanto al equipo y al número de tropas han sido los aprobados en el Congreso de los Diputados y los que corresponden a una misión humanitaria de sus características.
El jefe de prensa vio la punta del zapato derecho del presidente apuntando al suelo. Era la señal acordada y se adelantó hacia el grupo de periodistas.
- Señoras y señores, esto ha sido todo. Tenemos que retirarnos. Gracias a todos por venir.
El presidente bajó del atril con paso ágil y sin volver la vista. Le pasó los folios al jefe de prensa con cara de pocos amigos y desapareció detrás de una puerta de madera.
- Hay que joderse. Y ahora me quedan los funerales.

sábado, 14 de marzo de 2009

Bob en Iraq


Ramadi, Iraq. 04:10.

Era noche cerrada y habían ordenado oscurecimiento total. Bob intentaba escrutar su reloj en la oscuridad pero sus manecillas habían perdido toda su luminiscencia. Estaba cansado y nervioso, no estaba acostumbrado al nuevo papel de observador que se veía obligado a desempeñar. Se recordó a si mismo que aquello estaba fuera de su control y que lo harían bien mientras se removía en el asiento del Humvee.
A unos 150 metros los primeros hombres se disponían a entrar, esperando aún con las rodillas semiflexionadas mientras que el hombre en punta retiraba de debajo de la puerta el delgado tubo flexible que le permitía observar en su cámara digital el interior de la casa de adobe. El hombre alzó su mano derecha y enseñó cuatro dedos, gesto que cada uno de sus compañeros transmitió sucesivamente al situado más cerca. El teniente asintió con la cabeza y una figura situada a la izquierda de la puerta empujó su ariete contra la cerradura, abriendo la delgada puerta de metal con un estruendo que debió despertar a los ocupantes y a casi todo el vecindario, pensó Bob. Los que dormían dentro no tuvieron ninguna oportunidad. Antes de que el primero se pusiera en pie cinco figuras con monos negros y cascos de kevlar habían penetrado y les apuntaban al pecho o a la cabeza con las miras laser de sus MP-5 SD. Rápidamente inmovilizaron a los cuatro sospechosos contra el suelo y les ataron las manos con bridas de plástico mientras éstos proferían gritos en árabe. Mientras los encapuchaban para el traslado, el teniente ya había entrado y reconocía la pequeña casa buscando cuanto pudiera considerar útil o sospechoso
- ¿Nos los llevamos ya?
- No, déjelos un poco más. Veamos lo que tienen.
El oficial encontró varios móviles de modelos obsoletos, comida enlatada, sólo dos pistolas y alguna documentación. Ojeó rápidamente esta última y dio un respingo de sorpresa. Había una nota de un tal Khaled en que sugería un cambio de estrategia en su sector, dando prioridad como objetivo a la Policía para socavar la confianza de la gente en la capacidad del gobierno en proporcionar seguridad tras la retirada de los beni kalb.
Finalmente fueron sacando a los prisioneros y metiéndolos en vehículos MRAP. El convoy salió de inmediato precedido de un Humvee y con otros tres vehículos de refuerzo. La incursión no duró más de quince minutos desde que el teniente dio la señal para entrar. Otro oficial se acercó al coronel Badri y tras saludarle le dio novedades. El coronel respondió escuetamente y el oficial se retiró rápidamente hacia su vehículo. Omar Badri era un hombre parco en palabras y se limitó a hacerle una señal a su conductor antes de subir al Humvee.
- Aquí no queda nada que hacer. Ahora veremos realmente como ha ido la noche. Comandante, me queda algo de te ¿quiere un poco?
- No, gracias, coronel –respondió Bob en árabe. Felicidades, ha sido una buena entrada, rápida y limpia.
- Hassad es un buen elemento y ha habido suerte. Claro que los hombres del grupo de asalto son todos veteranos del 36, y eso se nota. Sorbió un poco de te mientras el Humvee se ponía en marcha antes de las primeras luces. Por cierto, ¿cuándo tiene previsto volver a Bagdad?
- Pensaba irme hoy por la tarde, pero me quedaré un día más por si me necesitan. Parece que Hassad ha encontrado un buen montón de papel y en Bagdad no tengo mucho que hacer además de informarles sobre la operación. La semana que viene estaré en casa si todo va bien.
- Inshallah –sentenció el coronel Badri.
Bob estaba cansado pero satisfecho con el resultado de la operación hasta el momento. Conocía al coronel Badri desde 2004, cuando visitó el centro de instrucción de las fuerzas especiales de la nueva Guardia Nacional Iraquí. En aquel tiempo la capacidad de combate de los iraquíes era cuando menos reducida después de que la Autoridad Provisional de la Coalición que presidía Paul Bremer desmantelase todo el aparato militar y de inteligencia iraquí, obligando a los aliados a empezar prácticamente de cero y proporcionando a la insurgencia de una enorme cantera de militares altamente cualificados, resentidos y sin trabajo. Sin embargo, como en Alemania tras la II Guerra Mundial, seguían quedando oficiales con experiencia cuya relación con el partido baas no resultaba demasiado comprometedora. Conseguir soldados profesionales y experimentados ya era otra cosa y hubo que buscar entre antiguas unidades de élite iraquíes, como el Batallón 36.
El ejército creció en progresión geométrica en los años siguientes, asumiendo responsabilidades que excedían a menudo sus capacidades, primero apoyando a las unidades aliadas, después con patrullas y operaciones conjuntas, y finalmente haciéndose cargo de la seguridad de una provincia tras otra. A pesar de eso, abundaban la indisciplina y las deserciones. La Guardia Nacional Iraquí, como se llamaba ahora, era objeto de sangrientos atentados. La moral era baja y el nuevo gobierno iraquí insistió en inflar las filas con reclutas escasamente instruidos hasta que vio que la solución pasaba por la creación de unidades profesionales y muy móviles. Poco a poco, y con el refuerzo de 30.000 efectivos norteamericanos en 2007, las tornas empezaron a cambiar a medida que la GNI ganaba en experiencia y formación. La presencia americana era cada vez más discreta y reducida, siguiendo las directrices del Cuartel General en Bagdad. Esa madrugada Bob había sido el único norteamericano presente.
Cuando llegaban a la base pensaba que la gran asignatura pendiente seguía siendo el apoyo aéreo. Aún tras la retirada, estaba prevista la presencia de no menos de 10.000 militares norteamericanos en Iraq en labores de apoyo e instrucción, pero el gobierno iraquí estaba acelerando el programa de instrucción de los pilotos y del personal de tierra de su fuerza aérea para no tener que recurrir a los contratistas civiles, cada vez más aborrecidos por la población.

sábado, 7 de marzo de 2009

Pilar se prepara para su activación


Paterna, Valencia. 20 de enero. 17:23.

Pilar había ido a comer con unas amigas y decidió volver a casa a ver una película. Sus padres no estaban en casa y tenía la oportunidad de ver algo a su gusto. Hizo una parada en el videoclub automático del que era socia y eligió Munich, la película de Steven Spielberg cuyo argumento se inspiraba en la operación realizada por el Mossad para eliminar a los responsables de la matanza de los atletas israelíes en 1972. Le habían hablado bien de ella, pero le habían avisado que era un poco cruda.
Llegó a su casa y al quitarse el abrigo en su dormitorio vio sobre su cómoda una carta de la Subdelegación de Defensa de Valencia transmitiéndole su felicitación por renovar su compromiso como reservista voluntaria, aunque lo había hecho antes de Navidad. Aunque quedaban casi dos meses para su activación le apetecía cambiar de ambiente, aunque fuese por unos días. A veces se arrepentía de no haber pedido un destino en otra provincia para vivir con más intensidad la experiencia de las activaciones, pero de aquella manera era más cómodo y barato y si tenían horario de verano podía ir a trabajar por las tardes a la ITV.
Decidió tomarse un rato para comprobar que tenía todo el equipo. Bajó al trastero y subió con un enorme y pesado macuto adornado con el emblema del Ejército de Tierra. Pasó una media hora extendiendo sobre su cama los distintos elementos que pensaba que necesitaría: uniforme mimetizado, botas, calcetines, bragas, sostenes, camisetas, chándal, zapatillas de deporte, gorra, divisas de sargento, neceser, útiles para la limpieza de las botas, cantimplora, cubiertos, toallas, ceñidor, chaquetón y polo de manga larga. Desechó lo demás y pensó que era más que suficiente para pasar dos semanas trabajando en la plana de mando del Batallón CIMIC, claro que era posible que tuviese suerte y pillase unas maniobras o al menos unas prácticas de tiro. Metió lo que iba a necesitar en el macuto, que puso sobre su armario, y el resto en un saco de basura que bajó al trastero.
Hacía unos tres años que era reservista voluntaria y más de cinco que se publicó la primera convocatoria. En diciembre de 2003 el gobierno del PP aprobó un reglamento provisional que abría la posibilidad para las fuerzas armadas de reclutar personal con determinadas especialidades para servir a tiempo parcial. El resultado fue una primera convocatoria de 340 plazas para los tres ejércitos, cuyos primeros candidatos empezaron a presentar sus solicitudes en enero de 2004.
Con una escasez de personal que obligaba a la contratación exterior de cada vez más servicios, el objetivo de esa reserva voluntaria no era la de crear otro ejército ni la de completar plantillas. La idea era más bien la de reclutar personal con especialidades difíciles de encontrar en el ejército: relaciones públicas, médicos, conductores… Dado que primaban la experiencia laboral y alguna experiencia militar previa, los primeros reservistas voluntarios eran principalmente profesionales en torno a los 40 años que habían servido como soldados de reemplazo y que echaban de menos la vida militar. No obstante, la reserva voluntaria acogía a un número creciente de mujeres, así como de personas que no habían tenido contacto alguno con el ambiente castrense. Cuando Pilar presentó su solicitud uno de cada cuatro reservistas voluntarios era mujer.
Fue en el verano de 2005 cuando en una conversación con un amigo de Vicente oyó hablar por primera vez de la reserva voluntaria. Aquello le picó la curiosidad y tras mirar en la web http://www.soldados.com/ se informó de lo necesario para presentar su solicitud de ingreso en la segunda convocatoria de aquel año. Una mañana de noviembre se presentó en la Subdelegación de Defensa de Valencia, donde un amable subteniente revisó sus certificados de estudios y hojeaba la convocatoria para calibrar sus posibilidades.
- Mire, al ser licenciada podría usted optar a plazas de oficial, pero no tiene experiencia militar y se queda un poco corta. ¿Estaría dispuesta a ir a misiones exteriores? Eso le añadiría cinco puntos.
- Pero ¿los reservistas van a misiones humanitarias?
El subteniente la miró por encima de las gafas como diciendo “santa inocencia”.
- Bueno, este año fueron seis para lo del tsunami en Indonesia.
- Ah, pues sí. Apúnteme.
- A ver, veo que habla usted inglés y francés. La verdad es que hay sólo un par de plazas de oficial en la especialidad de economía y están muy disputadas. Sería una buena idea que también se presentase a otras plazas para aumentar sus posibilidades de ingreso.
- ¿Cómo cuales?
- Mire, hay unas cuantas de suboficial traductor. Sobre todo en el Ejército de Tierra. ¿La apunto?
Tras aquella entrevista pasó un test psicotécnico, un reconocimiento médico y una entrevista con un apagado teniente psicólogo que le preguntó sus motivaciones para entrar en la reserva.La verdad es que Pilar se consideraba muy española, pero nunca se había interesado por temas militares. Sólo cuando Vicente...(hasta ahí enseño).