jueves, 17 de septiembre de 2009

Presentación en Murcia de Plenos Poderes


El próximo jueves 24 de septiembre a las 20:00 tendrá lugar en la Biblioteca Regional de Murcia la presentación de Plenos Poderes. Además de un servidor acudirán al acto Alberto Pertejo-Barrena, editor y autor, y el Tcol. Agustín Donaire González.


Esta es la invitación al acto, aunque la entrada es libre. La Biblioteca Regional está en la Av. Juan Carlos I, nº17 (junto al centro de ocio Zig-Zag).


Quedan todos cordialmente invitados, especialmente los reservistas de Murcia.

martes, 30 de junio de 2009

El JEMAD ya tiene Plenos Poderes


Es casualidad, pero también en Plenos Poderes el JEMAD es un general del aire.

jueves, 25 de junio de 2009

La Ministra de Defensa ya tiene su ejemplar




No se si le lo leerá, pero al menos ya tiene un motivo para acordarse para bien de los reservistas.Que alguien se lo va a leer es seguro, el ministerio siempre anda atento a indiscreciones, críticas a la autoridad, filtraciones grandes o pequeñas y demás pecadillos literarios.




Lejos de arrimar el ascua a ninguna sardina, he procurado cuidar la higiene ideológica de Plenos Poderes. No se menciona PP ni PSOE, ya que entiendo que la gran dicotomía de las misiones exteriores españolas es más un problema cultural que político.




Creo que las generaciones futuras, al volver la vista a esta época de lucha contra el terrorismo, considerarán que en estos años estamos librando la III Guerra Mundial. Los que luchaban en la Primera tampoco la llamaron así hasta muchos años después. No me preocupa la denominación del conflicto. Lo que sí me preocupa y mucho es si esas generaciones pensarán que España hizo todo lo que pudo para salvaguardar la seguridad del mundo y evitar una nueva Edad Media.




En fin, simplemente espero que guste a quien la lea. Si además hago pensar un poco incidiendo en aspectos como la infradotación de nuestras misiones o el peligro que representa para nuestro mundo el terrorismo islámico me daré por satisfecho.


Gracias por su misiva, Sra. Ministra.

martes, 16 de junio de 2009

Bob recibe instrucciones


Fort Belvoir, Virginia. 10 de septiembre. 18:23.

Bob había recibido una breve llamada del coronel Rawlins a primera hora de la mañana ordenándole que se quedase un rato más tras terminar la jornada porque necesitaba comentarle el resultado de la última reunión en Langley. Había asistido como backseater del director de la DIA, que, como los demás directores de las principales agencias, había sido convocado por el DCI para informarles del resultado de la reunión con la presidenta Anderson. Fuese lo que fuese prometía ser algo gordo.
Finalmente vio por una cristalera de la oficina que su superior llegaba en uno de los coches eléctricos que habían empezado a usar en la base para los trayectos cortos. Venía directamente del helipuerto y era una de las pocas ocasiones en que veía a su jefe en uniforme de representación.
Aquel hombre con gafas y con la cara ensombrecida por la preocupación entró en el edificio de ladrillo y encontró a Bob sirviéndose un café en el pasillo.
- Buenas tardes. ¿Café, coronel?
- No, y tú tampoco lo necesitarás. Demos un paseo –respondió lacónicamente.
- De acuerdo, deme un segundo.
Bob cerró con llave su despacho y acompañó al coronel al exterior. Se alejaron unos doscientos metros y llegaron a una zona ajardinada donde a esas horas no podían ser vistos por nadie salvo por el escaso personal de guardia o algún empleado de mantenimiento.
- Usted dirá, coronel.
- El DCI nos ha dicho que debemos empezar a eliminar a los miembros de al Qaeda estén donde estén.
- Pensaba que ya lo estábamos haciendo.
- No, Bob. Me refiero es que se ha abierto la veda para eliminar físicamente a Ben Laden y a sus colaboradores por todos los medios disponibles. La orden para la localización sigue siendo general, pero las nuevas directivas sólo las conocen los directores y algunas personas clave, que no deben ser más de cincuenta.
- Ya, bueno, ¿y qué esperan que hagamos al cabo de de más de siete años que no hayamos hecho ya? No esperarán que empiecen a caer Ben Laden y toda su pandilla de un día para otro sólo porque en la Casa Blanca necesiten darle carpetazo al asunto.
- Te digo lo que hay. Nos han pedido que ampliemos nuestro…¿cómo lo llamó Galli?...espectro de actuación. El caso es que como pillamos a Sadam, a los hijos, a al Zarqawui y los demás ahora creen que podemos encontrar a cualquiera.
- ¿Y la CIA? ¿Nos pasa el balón por las buenas?
- No es eso, Bob. Cada uno localizará y eliminará a quien pueda, y la CIA irá a por los que tenga en su punto de mira. Pero el premio gordo está en nuestro patio y nos toca a nosotros. Esto va a llamarse Proyecto Greengrass –continuó tras una pausa. Hay una lista de objetivos por orden de prioridad que recibirán un nombre clave, el nombre del proyecto seguido de una letra y un número de dos cifras.
- No se han partido la cabeza. Aunque se lo que va a pasar. Cada uno se guardará su información, habrá varias agencias detrás de los mejores bocados y nadie querrá ocuparse de roer huesos –dijo Bob retrepándose en el banco donde se habían sentado.
- Parece que la presidenta ha sido tajante con eso. El director cuya agencia oculte información a las demás será cesado inmediatamente, y en cuanto a los objetivos tenemos la preponderancia en Asia Central aunque no estaremos solos.
- Coronel ¿no le parece esto un regalo envenenado? ¿Qué va a pasar cuando pase el tiempo y no podamos ir poniendo cruces en la lista de Langley? Señor, con todo respeto, no entiendo como ha podido verse envuelto en este…proyecto que sabe que no puede funcionar. Esto se va a saber y se desharán de usted como del pescado viejo.
Rawlins se relajó en aquel banco y se tomó un momento para mirar aquellos abedules mecidos por el viento. Era una bonita tarde de finales de verano y su mujer le esperaba en casa para contarle que su hija Barbara había decidido coger aquel trabajo en Atlanta. Pensaba a menudo en qué condiciones estaba si algún día su Creador decidía no renovarle el contrato. Se encogió de hombros y empezó a responder a aquel hombre con el que tenía compartir esa nueva carga.
- Bob, todos tenemos fecha de caducidad. Ya sabes que estuve con los Deltas en Mogadiscio aquel día de octubre en que casi nos dan pasaporte a todos. Cuando tuvimos que salir por la tarde a intentar rescatar a los que habían quedado atrapados en Bakara todos dejamos nuestras cartas de despedida a alguien que conocíamos. Nadie contaba con salir con vida tras ver llegar aquella caravana de Humvees acribillados. Yo había escrito la mía antes, pero no se la había dado a nadie. Escribí una nota a mi mujer y a mis hijos diciéndoles que les quería y que me perdonasen por lo que les había obligado a pasar. El hecho de considerarme muerto me hizo encontrar cierta paz, y cuando volví con ellos consideré el resto de mi vida como una prórroga. Todo es más sencillo cuando asumes que algún día llegará tu final, éstés preparado o no. Lo que te preocupa entonces es como te recordarán y como te verás a ti mismo cuando acabe todo.
Bob guardó silencio y miró a aquel hombre complejo de quien no se esperaba ese arrebato sentimental. Posiblemente era la ocasión en que le había dirigido más palabras seguidas.
- Así están las cosas, comandante. Algo se nos ocurrirá.
Se levantaron y se encaminaron juntos en silencio al edificio de ladrillo.

miércoles, 3 de junio de 2009

Camp Arena. Herat, Afganistán. 30 de agosto. 11:53.



El coronel Macías empezaba a notar la sacudida del viento a medida que el Cougar de las FAMET iba perdiendo altitud para posarse en la pista habilitada para pequeña parada. Era un mediodía en agosto, y aunque la altitud aliviaba un poco el calor, no hizo que su segundo mandase firmes a las tropas formadas hasta el último momento. Sabía que muchos, especialmente los infantes, acumulaban ya mucho cansancio y poco humor. Lo mismo que él.
Un mes, pensó. Han esperado un jodido mes para demostrar lo mucho que se preocupan por nosotros. Al menos mandaron tres semanas atrás otros dos Cougar para reforzar el componente aéreo de la agrupación táctica después de que se cerrase definitivamente la ruta terrestre a Qala-i-Naw. Había solicitado el envío urgente de tres HA-28 Tigre para apoyo aéreo cercano, especialmente ahora que los americanos no estarían allí para proporcionarlo, pero el JEMAD arguyó que dada la situación política podría dar un mensaje equivocado a la opinión pública y resultar provocador para los líderes locales.
- Bueno, acabemos con esto –mascullo a su segundo.
El helicóptero se había posado y las palas seguían girando cuando el ministro de defensa, Raúl Soto, bajó de un salto desde la puerta ataviado con lo que venía siendo la vestimenta de campaña para los políticos en verano: botas de lona, pantalones y camisa de algodón de color claro, gafas de sol y una kafiya, el conocido como pañuelo palestino. Le siguió el JEMAD, el general del Ejército del Aire Alejandro Dávila, éste con mono de piloto color arena y gorro azul. El coronel salió a su encuentro.
- A la orden de vuecencia, señor ministro –dijo cuadrándose.
- Buenos días. Veo que lo que es sol no les falta.
- Eso es verdad. Si le parece bien pasamos revista a las tropas y vamos dentro para que vea las mejoras que hemos hecho. Hemos preparado un vino para dentro de una hora.
- Estupendo, vamos a ello.
Era un día de trabajo cualquiera a pesar de ser domingo, y apenas habían podido reunir sesenta efectivos para la formación sacando de sus puestos a cocineros, oficinistas y mecánicos. Casi todo el personal de la I Bandera Paracaidista estaba realizando algún servicio de escolta y seguridad. Las bajas sufridas el mes anterior habían sido repuestas, pero sabían de la negativa a enviar helicópteros Tigre y se sentían dolidos y frustrados.
Finalmente, el coronel llevó a sus invitados al interior de un edificio donde, ante una maqueta, explicó al ministro y al JEMAD las nuevas medidas que habían adoptado.
- Como puede ver hemos doblado el número de radares Arine en nuestro perímetro y hacemos salidas diarias con el Searcher, que es monitorizado desde esta habitación –dijo señalando un pequeño anexo de la maqueta. No obstante hemos estado realizando patrullas terrestres con personal del GOE III. Nuestro problema ahora es que, aunque los dos Cougar adicionales han sido un alivio temporal, nuestras necesidades logísticas han aumentado más que nuestra capacidad de transporte y de autodefensa.
- ¿Cómo es eso?
- Pues hemos tenido que aumentar la capacidad de nuestra pista, traer más repuestos y combustible, alojar más personal…pero la capacidad añadida de los dos Cougar no suple la capacidad de transporte terrestre hacia el PRT sin la que nos hemos quedado.
El general Dávila hizo una señal a su ayudante, que invitó al equipo de TVE a que le acompañasen para tomar algunas imágenes de las instalaciones y recoger algunos testimonios. Mientras se iban, el coronel Macías les hizo un gesto para que le siguieran. Una vez en su despacho, los cuatro hombres tomaron asiento.
- Señor ministro, creo que no estamos en condiciones de desarrollar nuestra misión con seguridad a menos que contemos con apoyo aéreo cercano –dijo finalmente el coronel.
- ¿Qué apoyo necesitaría? –preguntó el general Dávila.
- Para este sector no estaría mal una escuadrilla de F/A-18, pero nos apañaríamos con algo más modesto. Ya que este es el sector más alejado y que los americanos se han desentendido de él no podemos seguir contando con sus Apache. No queda más remedio que arreglárnoslas solos, pero el apoyo más cercano de esa clase es de los holandeses y están al límite de sus posibilidades.
- ¿Y…?
- Pues que si nos vemos atacados aquí, y no digamos en el PRT, no tenemos prácticamente nada. Las MG-3 de los Cougar y nada más. Necesitamos al menos dos Tigre de forma permanente.
- Macías, creo que ya hablamos de eso –terció el general. Nos gustaría ayudarle pero en este momento lo que nos pide no es viable. Para empezar, el Tigre se encuentra aún en fase de entrega.
Macías sacudió la cabeza despacio, dividido entre la incredulidad y la frustración. Las primeras unidades se habían recibido tres años antes, y el BHELA I contaba ya con doce aparatos. Estaba claro que no se los iban a dar.
- Mire, coronel –quiso atajar el ministro. La realidad es que no tenemos el apoyo de los medios ni de la opinión pública. Y si no, mire. Sólo hemos podido traernos a Televisión Española. La gente cada vez ve más a Afganistán como otro Iraq y está deseando olvidarse de esto. Izquierda Unida ha hecho de la retirada de las tropas su bandera y blasón, los nacionalistas pasan, como siempre, y la oposición no pide la retirada, pero nos patea con esto cada vez que puede. Estamos obligados a seguir aquí por la OTAN y nada más; la gente tolera que mandemos tropas en misiones humanitarias y se conmueve con las fotos de los soldados repartiendo comida a niños famélicos, pero ese apoyo se esfuma en cuanto empieza a ver que nos mezclamos en una guerra civil en un país tercermundista. Es como en Ruanda o Somalia. No podemos dar la impresión de que vamos a una guerra.
- ¿Aunque ya estemos?
- Es duro, pero así es. Sólo le pido que haga lo que pueda con lo que hay, y si dado el momento no podemos seguir sosteniendo el PRT pues habrá que clausurarlo. De todas maneras, al irse los americanos empezará la desbandada.
Aquel veterano de cuatro misiones miró a los ojos a sus interlocutores y se dio cuenta de la inutilidad de argumentar nada más. Se preguntó con cuantos muertos acabaría la misión de España en Afganistán antes de abandonar a su suerte a aquellos afganos que habían empezado a mirar a los soldados españoles con respeto, y a veces simpatía. Se miró el reloj.
- Es la una menos diez. ¿Vamos ya al vino?

lunes, 4 de mayo de 2009

YA A LA VENTA PLENOS PODERES, LA PRIMERA NOVELA DE LA RESERVA VOLUNTARIA


La editorial De Librum Tremens, pionera en España en obras de temática militar, acaba de publicar la primera novela sobre una misión exterior y protagonizada por una reservista voluntaria.

Plenos Poderes es el primer trabajo de ficción de César Pintado, colaborador habitual de medios especializados en reservismo como XXI Legio, el Observatorio de la Reserva y Reserve Forces Intelligence.

Una nueva estrategia del gobierno norteamericano pretende cambiar el curso de la guerra contra el terrorismo. El contingente español es el primer obstáculo en la agenda de un Ben Laden que espera su oportunidad para expulsar a los infieles de Afganistán. Los ataques se suceden y la situación se deteriora. Pilar, una reservista valenciana, descubre algo sobre sí misma que cambiará su vida para siempre.

Agencias de inteligencia, equipos de operaciones especiales, terrorismo islámico, maniobras de despacho y dramas personales se mezclan en un relato que nos lleva desde Washington hasta Peshawar en un crescendo de acción y suspense hasta su electrizante final.

Se prevé Plenos Poderes esté a la venta a finales de mayo. También está disponible en http://www.delibrumtremens.com/.

lunes, 13 de abril de 2009

Entrevista del Observatorio de Fuerzas de la Reserva

Por Carlos González de Escalada.

La Reserva Voluntaria ya tiene su primera novela y ha surgido de la cantera del Observatorio. Es por ello que en esta ocasión dirigimos nuestras preguntas a uno de nuestros colaboradores. Sepamos algo más de "Plenos Poderes".

Conocí a César Pintado cuando coincidimos en el Curso de Introducción a la Defensa NBQ para Reservistas Voluntarios categoría Oficial, en Hoyo de Manzanares. El Observatorio de las Fuerzas de Reserva estaba empezando a rodar y le propuse colaborar en este proyecto. Nada inclinado a comprometerse a la ligera, hizo falta más de un intento para convencerle, pero en poco tiempo pasó a ser subdirector del Observatorio y editor de su versión internacional (Reserve Forces Intelligence). Además compagina esa labor con la colaboración en XXI Legio, pero la sorpresa saltaba cuando me reveló que estaba pendiente de publicar la primera novela con la Reserva Voluntaria como transfondo. Tras más de un año de espera, la novela verá finalmente la luz en mayo. Actualmente, César es alférez (RV), del Ejército de Tierra adscrito a la Unidad de Formación Paracaidista como traductor. Y aunque él se sonroja por modestia cuando se lo recuerdo, César es uno de los mayores expertos que hay en España sobre sistemas internacionales de reserva militar. Además, habla cuatro idiomas.

O.F.R.- ¿Qué te llevó a escribir tu primera obra, Plenos Poderes?
C.P.- La idea surgió de una serie de artículos en Fuerza Terrestre sobre el deterioro de la situación en Helmand, en Afganistán y los combates que había estado librando el contingente británico. Eso me llevó a pensar en qué pasaría si pasase algo parecido en la zona de responsabilidad española de la ASPFOR. También me había estado documentando sobre los esfuerzos del gobierno norteamericano por eliminar a Ben Laden. En cuanto a los viajes astrales, era algo que me fascinaba desde hacía años. De hecho, un íntimo amigo y suboficial reservista los ha experimentado. Puse esos ingredientes en una olla, empecé a poner cosas por escrito y trabajando me ha salido este guiso.
O.F.R.- ¿Qué la hace original?
C.P.- A la vista está. Desde luego no es la primera ficción sobre espionaje psíquico y no sorprende que sea la primera novela que trata el tema de la Reserva Voluntaria desde la perspectiva de la protagonista. Lo que sí ha sido una sorpresa es que no se haya escrito antes una novela sobre una misión exterior de nuestras Fuerzas Armadas. Se han escrito muchos libros, infinidad de artículos y hasta se ha hecho alguna película, pero me parece increíble que, tras más de 20 años de mandar tropas a todo el mundo, las vivencias de nuestros militares no hayan captado la imaginación de ningún novelista.
O.F.R.- ¿Habrá otras?
C.P.- Veamos primero como funciona esta. Creo que en las misiones exteriores y en la actual guerra contra el terrorismo hay todo un filón creativo. Incluir reservistas abre además nuevas posibilidades argumentales y genera mucho interés en un público objetivo ávido por crecer, en toda la extensión de la palabra.
Hay otras historias, pero si el público reservista pide más de lo mismo tras leer Plenos Poderes estaríamos preparados pasa satisfacer esa demanda. Está hablado con De Librum Tremens.
O.F.R.- ¿Desde cuándo escribes?
C.P.-
Empecé hace unos cinco años a esbozar mi primera novela, pero tuve que aparcar el proyecto por falta de tiempo y por no tener una editorial abierta a esta clase de historias. Da igual lo buena que sea la historia o las ganas que pongas, al final son las editoriales las que deciden lo que se publica o no. Tengo claro que sin De Librum Tremens, Plenos Poderes estaría en un cajón o languideciendo en los discos duros de unas pocas editoriales.
Con los artículos empecé hace aproximadamente año y medio, aunque ese es más un trabajo de análisis que creativo. Plenos Poderes tuvo una concepción rápida, comencé un 15 de enero, acabé un 4 de marzo (salvo un capítulo añadido en agosto) y lleva ya un año de gestación. Veremos como va el parto.
O.F.R.- ¿Se trata bien a los escritores en España?
C.P.- Creo que España trata a la mayoría de los escritores como la mayoría de los escritores tratan a España: fatal. Se publican unos 15.000 libros al año, pero el 90% aproximadamente son de escritores desconocidos que recurren a la autoedición con la esperanza de que alguien se fije en ellos.
Por otra parte, si nos fijamos en cualquier librería veremos que la mitad de los libros son iguales en todas partes. Si no se tiene el respaldo de una gran editorial o de un grupo mediático es extraordinariamente difícil ganarse la vida con las letras.
O.F.R.- ¿Por qué quisiste que la protagonista fuera reservista voluntaria?
C.P.- Como he dicho antes, la figura del reservista en operaciones abre grandes posibilidades al agudizar el contraste de personas normales que se enfrentan a situaciones extraordinarias. Que militar profesional se vea en vuelto en una situación de combate o cautiverio en Afganistán ya es dramático, pero que lo haga una administrativa de 38 años…
No obstante, creo que el fenómeno de la Reserva Voluntaria reclamaba una historia, una reivindicación si queremos verlo así, un golpe mediático y a la vez una pequeña inyección de moral. Humildemente, espero contribuir a ello.
O.F.R.- Tú mismo eres reservista, ¿qué te dicen sus amigos civiles de esta aventura?
C.P.- Al igual que otros reservistas, estoy acostumbrado a cierta soledad en ese aspecto. No hablo de esa faceta de mi vida con todos. A algunos les parece una excentricidad, a otros una afición como otra cualquiera, muchos preguntan disparates. No es que sólo un reservista pueda entender a otro, pero lo cierto es que se hace difícil comprender que alguien esté dispuesto a renunciar a sus vacaciones o a soportar molestias y sacrificios para servir un tiempo como militar.
He tenido vena militar casi toda mi vida, y desde mi experiencia puedo decir que en unos 15 ó 20 años la actitud de la mayor parte de los españoles hacia las FF.AA. ha pasado del antimilitarismo hacia una mezcla de curiosidad, ignoracia o simpatía. Muchos han “perdonado” a nuestros ejércitos al creer que se han reciclado en una disciplinada ONG. Por algo se empieza, pero es un error de concepto muy peligroso que he intentado plasmar en el relato.
O.F.R.- Además eres un escritor incansable sobre temas militares… ¿te sientes recompensando por tanto esfuerzo?
C.P.- (Ríe) Bueno, escribir, sobre todo en Internet, es como tirar piedras en el monte: puedes hacerlo toda la vida y sólo meter algo de ruido, puedes hacer daño a alguien si no tienes cuidado, y finalmente puedes provocar el principio de una avalancha y cambiar el paisaje. Sé que el Observatorio valora mi trabajo aquí y en Reserve Forces Intelligence, también me he sentido valorado en XXI Legio y varios compañeros han reconocido esa labor. Todo ello me anima mucho para seguir con los artículos y por ello he dedicado la novela a todos los miembros de la Reserva Voluntaria.
En cuanto a si he cumplido mi objetivo, que es ayudar a mejorar la Reserva Voluntaria mediante un think-tank útil para sus responsables y contribuyendo a la cultura militar de los compañeros, eso ya es más difícil de saber. Quizá el tiempo lo diga.
O.F.R.- ¿Qué función social cumple difundir la Cultura de Defensa?
C.P.- Esa función es crítica y debería haber comenzado mucho antes. España se ha mantenido al margen de ambas guerras mundiales, empezó a tener cierto papel en la OTAN cuando la Guerra Fría ya había acabado y hace muchos años que nuestro territorio no está amenazado. Nos hemos librado de muchos golpes, de otros no, pero nuestra trayectoria histórica ha llevado a muchos españoles a pensar que la defensa es un gasto superfluo. Lo cierto es que las amenazas a España son varias y muy reales: terrorismo nacionalista, terrorismo islámico, secesión, aspiraciones territoriales de Marruecos… Vivimos en un mundo más volátil de lo que pensábamos, pero tras años de obviar ese aspecto de la vida nacional nos encontramos con una ciudadanía que aún no está equipada para reaccionar ante estas amenazas.
Al español medio se le ha ido educando durante años en cosas que han servido para mejorar nuestra sociedad: conducir con prudencia, reciclar su basura, denunciar la violencia doméstica, defender sus derechos, ahorrar agua…pero no se le ha enseñado que su país, como su casa, necesitan ser protegidos. La antigua mili era cada vez más impopular, y el hecho de que ahora todos nuestros militares sean voluntarios ha distanciado psicológicamente aún más a nuestra sociedad de sus FF.AA. En los últimos años se ha hecho un gran esfuerzo en mejorar su imagen, y se ha conseguido, pero el español sigue sin pasar al siguiente nivel, que es asumir la defensa nacional como una necesidad. En ese sentido, los reservistas representan tanto un avance como un instrumento.
O.F.R.- ¿Cómo te gustaría que fuera la Reserva Voluntaria dentro de 10 años?
C.P.- Tras pasar cierto tiempo analizando las reservas de nuestros aliados, tengo claras ciertas tendencias y algunas necesidades. Espero que nuestro modelo de reserva ya esté consolidado entonces, no dentro de una generación, y que reúna unas características compatibles con nuestras posibilidades, pero también con nuestras responsabilidades. Al fin y al cabo, el Ministerio de Defensa podría desplegar hasta 7.700 militares en misiones exteriores, en cada vez más teatros y más dispersos; no lo veo posible a menos que se refuerce, y mucho, el componente de reserva.
Me gustaría ver una reserva de tipo europeo, que represente al menos el 10% del tamaño del componente activo, con diferentes categorías en función de la disponibilidad del reservista, integrada en nuestro tejido militar, útil y respetada. Una reserva que pudiese contribuir a las misiones exteriores, porque los empleos estarían protegidos; en la que el reservista no tuviese que comprometer su futuro laboral, ni sus ingresos, y en la que tuviese una proyección de futuro que optimizase su rendimiento a medida que evolucionase como militar.
Un modelo que combinase la reserva de especialistas con la de refuerzo de las unidades. En definitiva, una reserva militar que aprovechase todo lo que cada reservista pueda y quiera ofrecer. Otros países de nuestro entorno lo han hecho ya y me parece crucial que aprendamos tanto de sus aciertos como de sus errores.
O.F.R. - César, un millón de gracias y buena suerte con tu novela.
C.P.- A vosotros